“2024, Conmemoración del 60 Aniversario de la Inauguración de Ciudad Universitaria”

Dirección de Infraestructura Académica

Ixquic

Este mural representa al continente Americano y en especial a las culturas Mesoamericanas. Desde un fragmento del popular texto maya el Popol Vuh, la cosmovisión de las culturas mayas sobre los cenotes. Hasta la etapa de la conquista española, representando la típica escena de la Noche triste (para los españoles) y la Noche alegre para los mexicas.

1: Doncellas mayas

Entre los sacrificios que practicaban los señores mayas eran arrojar personas dentro de los cenotes sagrados, en algunos casos se lanzaban vivas. En el caso de las mujeres, el sacrificio se realizaba para pedir un buen año. Así también se sacrificaban niños y hombres.

En el mural las doncellas tienen diferentes expresiones, pensando que para los antiguos mesoamericanos se tenía diferentes sentimientos al momento de ser sacrificados, y por ello el autor representa a las doncellas en sacrificio en los cenotes pintando sus rostros y de estos se derraman lágrimas que al caer se van convirtiendo en formas calcáreas que dan lugar a las estalactitas de las grutas en los ríos subterráneos.

2: Inocencia, convicción y alegría

Este rostro puede representar la inocencia con la que recibían y aceptaban la noticia de ser sacrificadas las doncellas mayas. Pero también se puede ligar al elemento central del muro donde representa la alegría de la escena (de ahí el nombre de este muro) Su alegría inminente tras haber derrotado a las fuerzas españolas y con ello a Hernán Cortes. Este rostro esta inspirado en la hija menor del autor (Dafne).

3 y 4: Guerreros jaguar y águila

En Mesoamérica los mexicas tenías diferentes tipos de guerreros, constituían las jerarquías militares, sin embargo los más populares eran los guerreros jaguar y águila, siendo de las élites en la milicia mexica. El arma de este periodo era el maquahuitl, un mazo de madera que tenía incrustados trozos de obsidiana, el cual esta siendo portado en el mural por el caballero águila, quien esboza una sutil sonrisa en el medio rostro que alcanzamos a ver mientras nos señala con el dedo índice directamente a la cara en señal de victoria, el caballero jaguar esta portando una rodela o escudo pero esta descubierto pues ya ha vencido a su enemigo, expresa un gesto violento dominante mediante un gruñido. Ambos personajes emergen del mismo árbol de ahuehuete junto al que el personaje vencido yace derrotado, este elemento representa nuestras raíces nacionales; La figura de este árbol esta inspirada y a modo de homenaje en la obra del “árbol de la noche triste” de nuestro paisajista mexiquense José María Velazco.

5: Hernán Cortes

En el centro como ya se ha mencionado podemos identificar la representación del relato de la noche triste. A un Hernán Cortes vencido (abajo) de un tono azul, frío, con su casco en el suelo; y a los guerreros jaguar y águila vencedores (arriba) de colores radiantes, junto al árbol en el que amargamente lloró Cortes, el 30 de junio de 1520.

El conquistador hispano nació en 1485 y murió en 1547. Gran estratega militar que conquistó a los pueblos mesoamericanos en el nuevo continente, para la Corona Española.

7: Pirámides

En el fondo, de lado derecho, se observan los basamentos piramidales de Teotihuacán dedicada al Sol y la de Chicén Itza dedicada a Kukulkán. Ésta última fue considerada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1988. Las estructuras se muestran borrosas y deslavadas, pues simbolizan ese  legado histórico nacional que se está perdiendo, invitando a reflexionar y conocer sobre estás culturas ancestrales, es así como se puede observar un infante reflexivo en medio de las pirámides y que representa a las nuevas generaciones, a las cuales es necesario transmitir todo este nuevo conocimiento histórico e involucrar con la literatura. Este rostro esta inspirado en el hijo mayor del autor (Bastien).

8: Conexión América

Sin perder de vista el elemento siempre moderno, el artista usa las diversas conexiones eléctricas que hay en el mundo, de un sentido figurado y gráfico. Gráfico al vincular un continente con el tipo de entrada de sus aparatos eléctricos (conocida como enchufe tipo A, de los más comunes en el mundo), presente en este mural. En un sentido figurado al buscar las distintas conexiones que existen entre la mitología del mundo antiguo, permitiendo al espectador entender algunas de las distintas visiones que se tenían del mundo.

15: Pucbal- Chah o el  árbol Jícaro

A la derecha, un relato aun más antiguo, del Popol Vuh el cual contiene una gran cantidad de relatos desde la formación del mundo y los hombres, hasta mitología vinculada a algunas deidades y tradiciones. Cuenta los relatos del pueblo Quiché.

Este es el árbol Jícaro en el Pucbal-Chah donde fueron colocados los cuerpos sin vida de Hun-Hunahpú y Vucub-Hunaphú con cuyos restos se formo este singular árbol de la muerte de exquisitos frutos  que no eran si no cráneos humanos, representados en este muro prehispánico por el autor de la obra  con elementos óseos interminables.

Fragmento tomado del Popol Vuh del libro segundo capitulo I:

 

Cuando los señores de Xibalbá vencieron a los dos héroes Hun-Hunahpú y Vucub-Hunahpú tomaron la cabeza del primero y la pusieron sobre el árbol jícaro que arraigaba a un lado del camino. Era un árbol seco que jamás había fructificado y nada más entrar en contacto con el cráneo se llenaron sus ramas de frutos sazonados y maduros. Al contemplar la riqueza de aquel árbol los señores de Xibalbá sentenciaron:

—¡Que nadie venga a coger esta fruta! ¡Que nadie venga a ponerse debajo de este árbol!

Y por su magia “la cabeza de Hun-Hunahpú no volvió a aparecer porque se había vuelto la misma cosa que el fruto del árbol que se llama Jícaro. Sin embargo, una muchacha oyó la historia maravillosa” de los dos semidioses, hermanos gemelos, que murieron bajo el poder de los de Xibalbá, y tan prendada quedó al escuchar sus portentosas hazañas que decidió, en contra de lo ordenado por los señores del averno y de su propio padre, visitar tan peculiar árbol.

La doncella se llamaba Ixquic y fue precisamente a su padre, Cuchumaquic, a quien “oyó la historia de los frutos del árbol”, a consecuencia de lo cual quedó tan intensamente impresionada que su admiración hacia los dos héroes creció notablemente, e inmediatamente se preguntó:

—¿Por qué no he de ir a ver ese árbol que cuentan? Ciertamente deben ser sabrosos los frutos de que oigo hablar.

12: Ixquic

En el mural se representa el mito sobre Ixquic, hija de Cuchumaquic y madre inmaculada de Ixbalanqué y Hunahpú :

Fragmento tomado del Popol Vuh del libro segundo capitulo II:

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13 y 14: Hunahpú e Ixbalanqué

Hunahpú: Hijo de Ixquic y del dios Hun-Hunahpú (dios de la fertilidad y el juego de pelota). Hunahpú y su hermano son conocidos como los héroes gemelos, personajes importantes del relato el Popol Vuh en las creencias religiosas mayas.

Ixbalanqué: Hermano de Hunahpú, hijo de Ixquic y Hun-Hunahpú. Se aventura con su hermano para luchar contra los señores del Xibalbá (inframundo), derrotándolos en el juego de pelota.

Desde ese momento Hunahpú e Ixbalanqué comienzan a superar una serie de aventuras como la que les enfrentan a Vucub Caquix, una gigantesco pájaro con aires de grandeza al que derrotan haciendo gala de unos sorprendentes poderes de regenerativos y de curación.

Así llegan los gemelos a decidir vengar la muerte de su padre y su tío y planean una elaborada venganza contra los dioses oscuros de Xibalbá. Primero aprenden a jugar a la pelota en la misma cancha que sus antepasados y provocan la ira de los señores Carne. Los señores de la muerte deciden entonces retarles a ellos también a una partida de pelota para tenderles las trampas en el camino. Pero los hermanos cuentan con dones con los que sus padres contaban y cuando llegan al fatídico cruce de caminos arrancan un pelo de su pierna que convierten en mosquito y lo envían a ver cual es el camino correcto y de paso a picar a los señores de los infiernos.

Finalmente los hermanos llegan al inframundo donde los sorprendidos hermanos Carne les retan a una partida de pelota a la mañana siguiente, sin desaprovechar la noche para someterles a diversas pruebas que superan con éxito hasta que en la Casa de los murciélagos Hunahpú es decapitado por uno de estos temibles animales. Ixbalanqué entonces pide ayuda a los animales del bosque y el coatí le da un gran calabacín que al colocar sobre el cuello adopta rasgos humanos. Así se presentan Ixbalanqué y su incompleto hermano al partido. Los señores Carne en una muestra de sádico humor lanzan la cabeza de Hunahpú como pelota pero Ixbalanqué le de un duro golpe y la manda más allá del campo. En ese momento, con ayuda de un conejo consiguen engañar a sus contrincantes y recuperan la cabeza de Hunahpú, que al ponérsela sobre los hombros se le acopla perfectamente. El juego continúa con la calabaza de pelota, pero esta se rompe y el juego debe ser suspendido.

Los señores del infierno entonces les retan a una última prueba para demostrar su valentía, ante lo cual, aun sabiendo lo imposible del reto los gemelos no son capaces de rechazan por demostrar su honor y coraje. La prueba consiste en saltar un enorme foso de fuego en el cual los gemelos caen en su intento. Los señores de la muerte entonces trituran sus huesos carbonizados y los arrojan al río, pero de nuevo mágicamente las cenizas no fluyen con el agua, sino que se depositan en el lecho del río y vuelven a engendrar a los gemelos semidioses.

A los cinco días regresan al reino de Xibalbá disfrazados de ancianos hechiceros y realizan trucos resucitando animales y personas. Los maravillados hermanos Carne exigen formar parte del juego y piden ser muertos para que luego les resuciten los ancianos hechiceros. Esto resulta un tanto paradójico teniendo en cuenta que donde se desarrollan los hechos es el reino de ultratumba. Hunahpú e Ixbalanqué matan al primero de los señores y se niegan a resucitarlo, y cuando se dirigen al segundo, éste se da cuenta de los que está sucediendo y llorando implora clemencia. Entonces todos los vasallos de Xibalbá viendo la humillación a la que se somete su señor se indignan y repudian a sus oscuros reyes.

Hunahpú e Ixbalanqué revelan su identidad y someten a todos los demonios y genios del mal que les creían muertos. Los gemelos triunfantes perdonan la vida a los habitantes de Xibalbá a cambio de retirarles todos sus oscuros poderes para hacer el mal y en un alargue de necromancia se comunican con su padre y su tío prometiéndoles el respeto y veneración de las generaciones venideras.

Desde ese momento los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué se elevaron a una categoría divina convirtiéndose en el Sol y la Luna desde donde continúan iluminando a la humanidad.

Los cuatro búhos mensajeros

Ahpop Achih

Los mensajeros del Xibalbá (inframundo maya) eran los búhos: Chabi-Tucur, Hu-racán-Tucur, Caquix-Tucur y Holom-Tucur, que son imaginados y representados por el autor como seres antropomórficos, aludiendo a su forma original de búhos pero haciendo una combinación compleja donde la cabeza humana estilizada se convierte en el pico del ave, mientras que por debajo de sus hombros humanos se incrustan unos enormes ojos de búho.

Estos personajes han inspirado al autor del mural para crear a futuro y a partir de este muro una novela gráfica teniendo como protagonistas a estos cuatro mensajeros búhos (Ahpop Achih) que bien podrían ser el nexo entre el pasado que estará estrechamente ligado con los relatos del Popol Vuh y con nuestro México contemporáneo, con estos elementos el autor pretende cautivar y acercar a las nuevas generaciones a la mitología maya, así como a todos nuestro elementos culturales ancestrales prehispánicos.

 

6: Hu-racán-Tucur

Hura-cán-Tucur tenía solamente una pierna.

9: Holom-Tucur

Holom-Tucur solamente tenía cabeza, no tenía piernas, pero sí tenía alas.

10: Caquix-Tucur

Caquix-Tucur tenía la espalda roja.

11: Chabi-Tucur

Chabi-Tucur era veloz como una flecha.

16: Tzucán

Además, de ese relato, el mural muestra otra serie de elementos característicos de las culturas mayas, como el animal mítico Tzucán serpiente con cabello que habita en los cenotes mayas, los cuales están conectados entre sí. Los relatos sobre este monstruo se encuentran en leyendas aún vigentes en la península de Yucatán. Quienes presumen haberla visto la describen como una serpiente con la cabeza del tamaño de la de un caballo inclusive con crin.

En el mural se observa que mezcla de su cola con la figura de Cortes, duplicando el significado de una visión negativa del conquistador español; al mismo tiempo esta bestia está conectada con los cenotes sagrados y sus ríos subterráneos, lugar donde habita.

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